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miércoles, 11 de mayo de 2011

Interrogantes sobre la negrura.


Primero que nada, ¿Qué se supone que hará un Ministerio del Poder Popular para la Afrodescendencia? ¿Ser negrito y con pelo malo es ser afrodescendiente, o lo puede ser también un catirito ojos azules de Sudáfrica? Si se crea dicho ministerio, ¿no estaríamos discriminando a las otras “razas”? ¿Pecaríamos de racistas? Pero ya va, ¿Existen las razas? ¿Será que calificar a los humanos por razas según color de piel forma parte de la solución? Bien podríamos calificarnos por color de cabello,¡oh! ¡Pobres pelirrojos! Tan sólo son el 2% de la población mundial. Bien podríamos catalogarnos por el tamaño del pene, “Ministerio del Poder Popular para el enanismo de pene”; se dictarían cursos de sexo oral y cursos de jineteo, entre otras vainas.

¿De verdad hay tanto racismo en Venezuela? ¿Acaso no se discrimina a una persona de piel clara por la zona donde vive o por cómo viste? ¿O me vas a decir que no has visto a un blanco vestido estilo “tukky” y lo has prejuzgado igualito? ¿Acaso no se discrimina a un blanco homosexual? ¿Acaso no se discrimina a un blanco con tatuajes o pelo largo?

Alguien en twitter dijo: “El racismo cuando está bien internalizado se mimetiza, se hace invisible (como en Venezuela). Así es peor.” ¿Cuántos protagonistas de novela son negros? ¿Cuántos anclas de televisión son negros? ¿Cuántos de los que vemos en las páginas sociales porque se casaron, son negros? ¿Es necesario que maten a un negro a coñazos para que digamos: “Oye, al parecer hay racismo”?

Eso sí, no importa si eres negrito, catirito, asiatiquito o indiecito, si tienes plata, eres alguien. No importa tu religión, si tienes dinero, eres alguien. No importa si pareces tukky, si tienes rial, eres alguien. ¿O es que no hemos escuchado a algún negrito decir: “Ojalá pudiese irme de este país de mierda”? ¿O es que no hemos visto a un negrito discriminar a un blanquito porque no tiene rial? Es que pareciera que los más oscuritos hemos sido históricamente relacionados al pelabolismo... Pero tampoco es para que nos creen el “Ministerio de la Lástima”.

Artículo 21 de la Constitución Bolivariana de Venezuela. Todas las personas son iguales ante la ley; en consecuencia:
  1. No se permitirán discriminaciones fundadas en la raza, el sexo, el credo, la condición social o aquellas que, en general, tengan por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad, de los derechos y libertades de toda persona.
  2. La ley garantizará las condiciones jurídicas y administrativas para que la igualdad ante la ley sea real y efectiva; adoptará medidas positivas a favor de personas o grupos que puedan ser discriminados, marginados o vulnerables; protegerá especialmente a aquellas personas que por alguna de las condiciones antes especificadas, se encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan.
  3. Sólo se dará el trato oficial de ciudadano o ciudadana; salvo las fórmulas diplomáticas.
  4. No se reconocen títulos nobiliarios ni distinciones hereditarias.

¿Y entonces? Mejor llámame negrito, así sonaré más sabrosito.