Etiquetas

viernes, 10 de diciembre de 2010

¿Revolución pacífica?

Me gustaría comenzar y culminar este escrito con sendas frases de Ernesto Che Guevara:

“Déjenme decirles, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad. Quizá sea uno de los grandes dramas del dirigente; éste debe unir a un espíritu apasionado, una mente fría y tomar decisiones dolorosas sin que se contraiga un músculo.

“Sólo existe un sentimiento mayor que el amor a la libertad: el odio al que te la quita.”


Desde que existe la historia, una minoría lo ha tenido casi todo y una mayoría ha tenido casi nada. Esa minoría cuida su poder con mucho recelo, le han agarrado mucho cariño y no lo quieren perder. Llamemoslo amor; sí, ellos aman su poder. Como todo enamorado, ellos harán cualquier locura por defender su amor. ¡Qué romántico! Matar y morir por dinero... Bueno, por amor... A la final, para dicha minoría, es lo mismo.

Como la minoría tiene mucho, puede darle un poquito a la mayoría para que sobreviva... Y claro, la mayoría lo ve como mucho y agradece de rodillas ante lo que consideran una fortuna. Y para ellos seguirá siendo una fortuna mientras sigan siendo educados para pensar que eso es una fortuna. Y esto sigue por mucho tiempo, quizá con una eventual protesta de ciertos sectores de la minoría, pero claro, la minoría tiene todo para callarlos y la mayoría no tiene nada para ser escuchada.

Nos acostumbramos, nos acostumbramos tanto que llegamos a creer que es normal, que es algo implícito en nuestro ADN y debemos aceptar que la mayoría sea miserable y una minoría nos pisotee cuando así lo deseen. Pensamos que es algo irreversible, algo natural, algo más que tácito, quizá hasta legal. Hasta que un día...

Hasta que un día los pueblos se sincronizan, hasta que un día nace un Bolívar o un Che, hasta que un día, por error involuntario o rebeldía ocasional, dejamos de caminar a la derecha de esa línea recta que nos han dibujado y logramos ver a la izquierda de ella, logramos ver a través de nuestros barrotes y hasta anhelar lo que al otro lado se encuentra. Eso, para la minoría, es un pecado, una herejía.

Y he allí donde comienza toda la guarandinga. Esa mayoría pobre buscando salir de su misería y tratar de equilibrar la balanza, y esa minoría rica que sencillamente no quiere perder nada de lo que ya tiene. Una mayoría que comienza a conocer el verdadero valor de su trabajo, y una minoría que no cree en trabajo, sólo cree en el dinero. Una mayoría que se cansa de ser explotada y pisoteada, y una minoría que no cree en trabajo, sólo ama su dinero. Una mayoría que no pretende quitarle al rico sólo por quitarle, sino que desea que su trabajo y el de sus hermanos sea valorado justamente, una mayoría que con hambre, valor, humildad y dignidad se cansó de ser mayoría y exige igualdad, una mayoría que no busca venganza, que no guarda rencor, resentimiento u odio, sólo busca lo que le pertenece.

Y por supuesto, tenemos una minoría que no comprende esto, que interpreta que es un ataque a las leyes de la vida, que es un ataque a ellos, que es la envidia y el odio que llena el corazón de la mayoría y los impulsa a tratar de robarles lo que ha sido de ellos desde que nacieron. Y compa, yo como minoría enamorada, no dejaré que me quiten a mi amada.

¿Revolución pacífica? Claro, si tú esperas que la élite burguesa te diga: “Oye qué fino que has decidido liberar tus cadenas y venir a reclamar lo que siempre te ha pertenecido y yo te he robado. ¿A nombre de quién el cheque?” entonces siéntate y espera tu revolución pacífica.

¿Revolución violenta? Si estás llevado por resentimiento, odio o envidia, entonces no puedes llamarte revolucionario y por ende eso no puede llamarse revolución, solo violencia.

Una revolución es revolución, punto. Siempre vamos con una mano libre para estrecharla y en la otra un fusil para defendernos. ¿O de verdad esperas que la derecha se quede tranquila al ver a ese gentío 'pata en el suelo' que viene a buscar lo que, según ellos, le corresponde sólo a la gente 'bien'? ¿De verdad crees que esa gente poderosa, con mucho dinero, influencias y armas te dejarán pasar a su reino exclusivo? Por favor, despertemos, ellos están cegados por su dinero, nosotros por justicia. No seas iluso, no seas pendejo, mira como terminó Cristo por poner la otra mejilla.


Vamos en paz, pero si nos atacan, responderemos. Y cómo sabemos que nos atacarán...

"¿Hacer la revolución sin disparar tiros? ¿Estás loco?".

martes, 7 de diciembre de 2010

“El viejo y Jesús: Profetas de Rebelión”

“El viejo y Jesús: Profetas de Rebelión”
Es un documental realizado por el cineasta Venezolano Marcelo Andrade del colectivo Calle y Media su último trabajo “Venezuela Bolivariana” es un documental que le abrió los ojos a miles de personas acerca de la realidad del proceso venezolano.

Este documental dura 70 minutos y ofrece una visión única de la realidad del proceso Bolivariano a través de dos personas que viven en las calles de Caracas.