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viernes, 14 de mayo de 2010

TÚ eres la inseguridad. TÚ eres la solución

Escuchas sobre la inseguridad y te da miedo. Quieres saber qué tan cierto es todo lo que dicen. Sintonizas Globovisión y la vaina se ve arrecha, ni Irak es tan peligroso como Venezuela. Sintonizas VTV y al parecer la vaina no es nada arrecha, al parecer, en los cerros de Caracas vive Heidi con su abuelito. Ante tanta contradicción, te fuiste a la calle a ver qué pasaba…

Ya son 4 los traumas. Poco a poco he podido ir a los cajeros después de las 6 pm, claro, siempre acompañado. Los buses no los puedo evitar, así que lo he superado a juro. Y menos mal que ya tengo internet en mi casa, el trauma del cyber café no lo he podido superar del todo. Aún así creo que he tenido suerte, 4 celulares y unos churupitos es poco si lo comparamos con lo que pierden otros: la vida. Jaja, se lee tan dramático: LA VIDA. Lástima que sea cierto.

Gobierno y oposición me pican el ojo, me dicen que le crea a uno y no al otro, me muestran cifras y me piropean, uno quiere hacerme vivir en terror y el otro quiere tapar el sol con un dedo. Unos me dicen que la vaina de 10 años para acá ha empeorado, otros me dicen que en la 4ta República la cosa era peor, pero viene el malandro y me dice que le dé celular, mp3 y cartera y, ¿qué hago yo? Pues le tengo que creer al malandro, él tiene la pistola. Tengo que creer en la inseguridad.

Y si no me agarra el malandro me agarra el policía, me agarra el guardia o hasta el mismo funcionario judicial. Los ladrones y asesinos están en todos lados, lo que pasa es que unos se visten a lo “tuki” y otros se visten a lo “ucab”, supongo que es cuestión de estilo. Pero a mí no me importa el estilo.

Y es que mientras sigamos echándonos la culpa nada se va a solucionar. Mientras sigamos diciendo que el problema está en la cantidad de agentes de seguridad, nada se va a solucionar. Mientras sigamos lavándonos las manos, nada se va a solucionar. Por supuesto, una mayor cantidad de agentes de seguridad HONESTOS vendría de gran ayuda par a reducir los índices de delincuencia, un sistema judicial HONESTO y EFICIENTE ayudaría enormemente para combatir la impunidad, un sistema penitenciario más HONESTO y HUMANO podría ser más eficiente que una “universidad de malandros”. Pero, ¿con esto se acaba los asesinatos, robos, trácalas, secuestros, violaciones, etc? Definitivamente no.

No podemos ver este problema desde un punto político, es absurdo. No podemos acusar a un presidente o alcalde porque un padre violó a su hija. No podemos acusar a un gobernador o diputado porque la mujer contrató unos sicarios para matar al marido y quedarse con la herencia. No podemos acusar al director de un cuerpo policial porque yo ahorita me vuelva loco y salga a matar a la muchacha que vende lotería en la esquina.

Debemos ver este problema desde su raíz: la educación. Por más policías y operativos que hayan, no podemos cambiar el hecho de que hace 10 años no supimos educar a nuestro hijo con valores, con principios, con sentimientos de amor; ahora, como no pudimos hacer eso, él saldrá a liberar todo lo aprendido. Saldrá a violar, matar, robar, secuestrar; todo, sin importarle si hay o no hay operativo. Si no lo hace hoy, lo hará mañana. ¿O qué quieres? ¿Un policía en cada esquina? ¿Un policía por cada ciudadano? ¿Quién controla a los policías? Nos quedaremos sin gente.

Chávez ha sido bien pendejo. Esta educación hay q revolucionarla. Cambiarla por completo. No solo aprendernos “al caletre” un montón de definiciones y formulas matemáticas. Nos enseñan sobre la fotosíntesis pero no nos enseñan de ecología. Nos enseñan economía pero no nos enseñan sobre las implicaciones morales. Nos enseñan sobre cómo ganar dinero y lo muy feliz que serás cuando lo tengas, pero no te enseñan sobre amor, solidaridad, humanismo o hermandad.

Hasta que no haya una educación realmente socialista, te juro que esto no va a cambiar. La revolución comienza por uno mismo. Revolución de pensamiento, de sentimiento. Revolución en nuestra educación, la de nuestros hijos. Revolución en nuestras relaciones. Revolución del sistema.

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